Este libro responde a las exigencias del discurso hegemónico: parte de la base de que es necesario formular preguntas, pero se siente incapaz de responder a todas. Un ensayo esquizoide que pretende ser cualquier cosa, menos académico, una trompeta del Apocalipsis. Aquí no hay vocación de transparencia. Ni de claridad o limpieza. El exceso de higiene debilita la salud. Este texto aspira a manchar de tinta las manos que lo agarren.
Estos pensamientos responden a la incertidumbre y a cierta sensación de malestar: a la imposibilidad de estar conforme. Son un oxímoron: textos que parten de la radical convicción de que la literatura ya no le importa a casi nadie y que a la vez pretenden hablar de la literatura desde un lugar que no sea su templo, su jardín vallado, su paraíso perdido.