"Quizá un poco audazmente califico mi obra como de retablo histórico. Apunto he estado en más de una ocasión, de variar el nombre. Pero creo que el símil puede valer. Al fin y al cabo, un retablo no es una producción exhaustiva y exacta de cuanto en él se pretende mostrar. Se trata sólo de una visión global, de una interpretación dada por un artista, un artesano, de unos hechos o unas estampas que a él le han impresionado y que necesita transmitir, comunicar, como una confidencia exigente, a cuantos contemplan su obra. Más que un discurso sobre el tema, más que un estudio profundo, es un cúmulo de sensaciones e ideas que en una determinada circunstancia bulle en la mente o en el corazón del autor. Nada más. Aunque nada menos."